Ayer fue un día normal, un día como cualquier otro de esta vida llena de rutina que llevo
Me levante en la madrugada como tengo que hacerlo siempre si quiero tener la más mínima posibilidad de llegar a tiempo a mi mega trabajo de vendedor por teléfono el cual apenas me deja suficiente para pagar la renta, transporte y alimentos
En el trabajo estuve 8 horas tratando de convencer a 6 viejitas con Alzheimer de lo maravilloso que sería comprar un purificador de aire, con 5 de ellas para cuando terminaba mi rutina ya se les había olvidado que les vendía, la otra fue peor, ella murió cuando todavía no la había hecho darme sus datos personales.... un completo fracaso
En la tarde los otros compañeros se van comentando su megas ventas y son tan felices que se van a bailar o a tomar unos tragos al bar de la esquina, yo, yo solo hice una venta.
A sido otro día horriblemente normal en la vida de Raúl Gómez
Me levante en la madrugada como tengo que hacerlo siempre si quiero tener la más mínima posibilidad de llegar a tiempo a mi mega trabajo de vendedor por teléfono el cual apenas me deja suficiente para pagar la renta, transporte y alimentos
En el trabajo estuve 8 horas tratando de convencer a 6 viejitas con Alzheimer de lo maravilloso que sería comprar un purificador de aire, con 5 de ellas para cuando terminaba mi rutina ya se les había olvidado que les vendía, la otra fue peor, ella murió cuando todavía no la había hecho darme sus datos personales.... un completo fracaso
En la tarde los otros compañeros se van comentando su megas ventas y son tan felices que se van a bailar o a tomar unos tragos al bar de la esquina, yo, yo solo hice una venta.
A sido otro día horriblemente normal en la vida de Raúl Gómez
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